Hoy, Fábrica Johnley está compartiendo la historia y el desarrollo de plásticos de moldeo de aminoácidos Los plásticos de moldeo de aminoácidos, termoestables clave hechos de aminas/amoníaco y formaldehído, tienen propiedades únicas y un papel importante en diversas industrias, con una historia de innovación y perspectivas brillantes. Primeros días A principios del siglo XX, la empresa alemana BASF investigó las resinas amínicas, sentando las bases. Impulsadas por los avances químicos y la demanda de materiales versátiles, estas evolucionaron continuamente. Crecimiento Posteriormente, se generalizaron a nivel mundial. Los países occidentales los desarrollaron en la década de 1940; Japón industrializó su producción en las décadas de 1950 y 1960. Gracias a su alta dureza y buena resistencia a la abrasión y al calor, sus aplicaciones se expandieron desde el aislamiento eléctrico hasta las piezas de automóviles, los electrodomésticos y los muebles. El ascenso de China China se incorporó a la industria en la década de 1960. La Fábrica de Plásticos Tianshan de Shanghái introdujo tecnología soviética en 1957 y se industrializó gradualmente. Para 2008, su producción anual alcanzó las 400.000 toneladas, ocupando el primer lugar a nivel mundial. Las exportaciones de vajillas de melamina superaron los mil millones de dólares, representando más del 80 % del mercado internacional, gracias a las ventajas de coste y la innovación tecnológica. Tendencias del mercado Se espera que el mercado crezca, impulsado por: Industria automotriz: Necesidad de materiales livianos y duraderos para interiores y piezas debajo del capó. Conciencia ecológica: preferencia por materiales ecológicos en embalajes y bienes de consumo. Construcción en auge: Adecuado para fachadas, aislamientos, etc., en economías en desarrollo. Desafíos y soluciones Costos de materia prima: Fluctuaciones afectan la producción, se exploran alternativas y procesos eficientes. Regulaciones medioambientales: Las empresas invierten en producción y reciclaje ecológicos para reducir el impacto. En conclusión, los plásticos de moldeo de aminoácidos han evolucionado desde sus inicios hasta alcanzar una relevancia global, con China a la cabeza. Su futuro es prometedor, y superar los desafíos es clave para un crecimiento sostenido.
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